El titular de la Secretaría de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró que la Constitución protege el nuevo esquema que otorga a las empresas privadas la libertad de participar en toda la cadena de valor del mercado de hidrocarburos y electricidad; luego de casi ocho décadas de monopolio estatal.
La Reforma Energética tiene un blindaje muy importante, un solo partido o una sola persona puede cambiar la Constitución”, afirmó.
Advirtió que el nuevo gobierno debe “respetar” los contratos que ya fueron adjudicados en las diferentes rondas de licitación y subastas, que hasta ahora representan inversiones comprometidas por más de 80 mil millones de dólares, pues cualquier arbitrariedad también podría derivar en conflictos en tribunales internacionales.
Para el funcionario “sería un gigantesco disparate”, pretender dar marcha atrás al capital ya comprometido para el desarrollo de proyectos de energías limpias, de exploración y explotación de petróleo y gas, así como para la construcción de nuevos gasoductos, generación de empleos y la derrama económica en diferentes regiones del país.
Hasta ahora, la implementación de la reforma ha permitido comprometer 52 nuevas centrales para la generación de energías limpias, así como la firma de 72 contratos petroleros.
Los últimos contribuirán en 2018 a frenar el actual declive de las reservas, pues privados han comenzado a confirmar el potencial geológico de los bloques y anunciar descubrimientos.
Del mismo modo, aunque algunas de las áreas de la ronda 1.3 (de campos maduros) ya están produciendo, se espera que la primera producción comercial de los proyectos adjudicados se registre durante los primeros tres meses de 2019.
»Sería absurdo pretender regresar a un modelo energético que reservaba para el Estado todas las inversiones en electricidad e hidrocarburos. Ese sistema nos llevó a convertirnos en un importador de gas y gasolinas, provocó una declinación de más de un millón de barriles de petróleo, tarifas eléctricas caras y generación de energía altamente contaminante.”
Para el secretario, estos avances contribuyen no sólo al desarrollo del país, sino también a garantizar la seguridad energética, sin importar los cambios o decisiones políticas a nivel nacional e internacional.
Tal es el caso de las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que de fracasar y registrar la salida de Estados Unidos no representará ningún riesgo para la implementación de la reforma, pues de las más de 30 empresas extranjeras que han llegado a México sólo 14% son estadounidenses, mientras que 86% provienen de otros continentes: Europa, Asia, África e incluso Oceanía.
»El futuro de la energía en México no depende del TLC”, aseguró.